Pablo Neruda SABRÁS que no te amo y que te amo puesto que de dos modos es la vida, la palabra es un ala del silencio, el fuego tiene una mitad de frío. Yo te amo para comenzar a amarte, para recomenzar el infinito y para no dejar de amarte nunca: por eso no te amo todavía. Te amo y no te amo como si tuviera en mis manos las llaves de la dicha y un incierto destino desdichado. Mi amor tiene dos vidas para amarte. Por eso te amo cuando no te amo y por eso te amo cuando te amo.
A mi madre, de Edgar Allan Poe El autor estadounidense, Edgar Allan Poe, también dedicó un poema a su madre adoptiva. La prematura muerte de su mamá biológica, influyó significativamente en su obra. En esta composición menciona a ambas, pero en ella destaca el amor que ha profesado hacia Francis Allan, por ser mucho más que su madre. Porque creo que en los cielos, arriba, los ángeles que uno a otro se susurran no hallan entre sus palabras de amor ninguna tan devota como “Madre”, desde siempre te he dado yo ese nombre, tú que eres más que madre para mí y llenas mi corazón, donde la muerte te puso, libre el alma de Virginia. Mi propia madre, que murió muy pronto no era más que mi madre, pero tú eres la madre de a quien yo quería, y así eres más querida tú que aquella, igual que, infinitamente, a mi esposa amaba más mi alma que a sí misma.